Hoy es el día, como tantos, de apelar a eso que llaman "Furia Española". Esta baza, para intentar ganar a los pérfidos dinamarqueses (la palabra existe, lo garantizo). Pero, ¿sabía usted el origen, mitad realidad, tres cuartos legendario, de la expresión?
Olimpiada de Amberes, 1920. España-Suecia. En un momento del choque, Sabino Bilbao (¿hace falta aclarar de dónde era?) sube por la banda. De repente, la poderosa voz de José María Belausteguigoitia Pagazaurtundúa "Belauste" resuena en el terreno de juego: "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!". Sabino hace lo propio y centra a su compañero. La impetuosa embestida de Belauste consigue que el balón se aloje en las redes suecas, junto al propio Belauste, dos (o tres, según versiones) defensas suecos abrazados a él y el portero. ¡Gol de España! Al poco, e inspirado por el tanto de marras, a alguien se le ocurrió lo de la "Furia Española". 87 años después, periodismo y afición seguimos aferrados al tópico.
Lo curioso del tema es que Belauste era un ferviente nacionalista vasco que acabó sus días en Méjico lindo y querido porque en España no podía estar, ya se imaginan ustedes por qué.
El fútbol es así. No hay frase más sabia.
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