Unas tanto y otras tan poco,

Curioseando vídeos de Eurovisión (un auténtico filón para los buscadores de frikis) me he topado con Anabel Conde. Representó a España en 1995 y consiguió quedar segunda. La verdad es que Anabel canta muy bien (y es bastante guapa, y por ambas cosas la recordaba), por lo que me ha extrañado un poco que no se volviera a saber de ella. Investigando por Internet, he encontrado su página oficial

http://anabelconde.cjb.net/

Allí, hace un llamamiento patético: "mandadnos un e-mail con vuestros datos para que le podamos demostrar a las discográficas que todavía hay gente que se interesa por Anabel y merece la pena que saque un disco". Patético en el verdadero sentido de la palabra: "que produce fuertes sentimientos, especialmente dolor o melancolia". (Patético es una de esas palabras, que de tanto usarlas, se le ha gastado el significado. Algo parecido le pasa a "mítico", que igual se usa para un partido de futbito que para unas zapatillas de andar por casa). La página no se actualiza desde 2004, así que lo del disco no debe ir demasiado bien.

Y es que me duele, y mucho, que una chica así, con tanto talento, acabe de esta manera.



Da penilla, ¿no? De Eurovisión en Dublín a un pub de Sabadell, con un público que no se calla para escucharla y un micro que se acopla. Es como la historia de Cenicienta, pero al revés. Bueno, la verdad es que es una de tantas. Gente con talento que tiene sólo 5 minutos de fama (o ninguno) mientras que otras y otros tienen horas y horas de televisión, gracias sólo a su talento para chillar y cotillear, o simplemente, porque están muy buenas.