¿Pero, quiénes son en verdad los Cazadores?
En realidad, el primer paso de un plan a largo plazo.
La Capacidad de Amar de la buena gente, eso era lo que buscaba desde el principio, pero no vale cualquiera para lograr arrebatarla.
Eso sólo lo puede hacer alguien realmente desalmado.
Por eso, durante siglos -personalmente- había ido consiguiendo almas, miles, una a una, con contrato de sangre y a cambio de poder, sabiduría...
Después se las instruyó: se les desvelaron los más oscuros puntos flancos de la naturaleza humana, se les enseñó a jugar con el Miedo, la Codicia, la Vanidad y la Lujuria. Se les formó -en suma- para ser sucios y traicioneros con tal de conseguir su objetivo.
Pero también se les enseñó a enmascarar toda su repugnacia bajo un manto de simpatía, ternura y calor.
Quizás esto era lo que resultaba más asqueroso de todo.
Ahora, son ellas las que trabajaban. Su ejercito personal especializado en robar Amor, en despojar a este mundo de su única posibilidad de Dignidad, Justicia y Salvación.
Por eso son tan cuidadosas, salvo la excepción citada, estas almas en pena sedientas de Mal, por otro nombre Cazadores, porque mientras consigan seguir robando Amor y mantenerse alejados de los Guardianes y las hogueras, podrán continuar sobre la superficie de la tierre y eludiendo su otro destino, destino eterno...
El Infierno.
Pero, ya quedó dicho, no sólo hay que huir de los Guardianes, hay que robar Capacidad de Amar ajena, si pasan demasiados años y no se consiguen resultados, vendrán en Persona desde el Universo del Fuego a por tan inefectivo empleado.
Y, créame, es mil veces preferible que te arroje a las llamas un Guardián.
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