-¿Cómo vamos?
-Nos quedan todas estas.
-¿Tantas? ¡Hay que echar el resto! Rápida, a moverse por las demás salas.
-Pero...¡Si no conocemos de nada a toda esa gente!
-Mejor, así no te dará vergüenza.
-¡A mí sí! Las pobres familias pasando por un trance así, y nosotros ofreciendo el 23701.
-¡Anda trae, que siempre lo tengo que hacer yo todo!
-¿Y yo?
-Tú mientras pasa a la sala y haz lo que se hace en estos casos: ponte de cháchara con alguna cuñada soltera y aburrida o escucha chistes, que dicen que aquí se cuentan los mejores.
-Bueno, allí te espero.
-Buenas noches, señores. Ante todo les acompaño en el sentimiento. Mire, soy Azarías Romera, empresario lácteo. Tengo aquí unas participaciones del bonito número 23701 -suma trece- para el sorteo de mañana y me preguntaba si alguno de ustedes estaría interesado en adquirir...
-¡¿Qué broma de mal gusto es ésta?! ¡Jose María, llama al vigilante de seguridad!
-No, no le avisen, que ya le he ofrecido antes y no ha querido.
-¡Salga inmediatamente de aquí o le saco yo a puñetazos, gilipollas!
-Bueno, bueno, sin insultar, ¿eh? ¡Que yo he venido con toda la educación del mundo!...¡Y cuando toque mañana se van a arrepentir, todos! 27301, 27301, 27301, acuérdense.
-¡Fuera!
-¡Que no me empuje!
(-Deme un par de ellas, no sea que...Y perdone la brusquedad, mi mujer, ya sabe...)
(-No se preocupe, me hago cargo. Dos me dijo, ¿verdad?)
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