¿Lograrán algo? Posiblemente no, más allá de pasar la tarde.
Juntar a 1.000 personas 100 tardes (sin fútbol de por medio) es muy, muy difícil: porque las causas, por muy justas que sean, se pasan de moda, aburren, como acaban aburriendo los juguetes de Reyes al segundo día.
Sin embargo, tengo la firme convicción (que puedo apoyar con datos objetivos) de que esas 1.000 personas que se reúnen 100 tardes son las que cambian el Mundo...a mejor.
No es fácil, insisto, pues las 99 primeras tardes parecerán una absoluta pérdida de tiempo, y a nadie le gusta perder en esta vida.
Sin embargo, la tarde 100 llegará.

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