Si la primera cola se formó a las 10:23 de la mañana de un 5 de mayo del 45.000 antes de Cristo, apuesto a que a las 10:25 del susodicho ya había un tío colándose.
Son, en realidad, dos las modalidades del "Colarse", a saber:
-Colada de adelantamiento: aquella por la que el/la ejecutante avanza un número considerable de puestos, siendo su expresión suprema el ponerse el primero de la fila. Son sus suertes más comunes "al descuido", "a la excusa", "al empujón" o "al puro morro descarado", sin olvidar el siempre tan socorrido "¿te importa que pase, que sólo llevo esto?"
-Colada de penetración: aquella por la que el/la ejecutante accede a un recinto sin ser portador de documento alguno que le faculte para hacerlo. Presenta las mismas suertes que la "colada de adelantamiento", añadiéndose algunas propias de la modalidad, como "al butrón de valla", "al escalo", "al disfraz" o la clásica "corrupción de portero" (ya sea por "lo coleguil" o "a propina").
Es el colarse disciplina que proporciona a sus practicantes múltiples satisfacciones, pues, a las innegables ventajas de ahorrarse tiempo y dinero, se une el íntimo placer de irlo contando por ahí y chulearse (que es, constatado está, el más refinado de los placeres para el Homo Erectus Ibericus).
Por último, recuerde, contra el vicio de colarse, la virtud del "¡Ehhhh! ¿Ande va usté? ¡A la cola, como to' el mundo!"
La señora de negro, marcando perfectamente los tiempos.
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