Creo que sería una buena idea ponerse de acuerdo -de una vez por todas- en el tema ese de los porros (ya sabe, "cigarrillo liado, de marihuana, o de hachís mezclado con tabaco").
La pregunta es bien simple y bien complicada: ¿son buenos o son malos? Porque uno se pasa la vida intentando convencer a "adultos a prácticas" de lo que requetedañinos que resultan, y luego los medios de comunicación los tratan con una simpatía que limita por todos los lados con la admiración.
En efecto, en la tele, la radio, las películas...constantemente se transmite el mensaje de que fumarse un porrete es uno de los errores correctos que uno debe cometer al atravesar ese desfiladero llamado "madurar". Por no hablar de ese barnicillo tan "guay-rebelde" que haber cumplido con el rito da a los cuarentones en proceso de auto-promoción.
Así que, si hay que fumarse un porro por narices, y lo único que somos los docentes es una pintoresca comparsa que sólo sirve para hacer el ritual más atractivo con nuestras prohibiciones, que nos lo digan.
Para que, ya que vamos a perder el tiempo de todos modos, por lo menos lo hagamos conscientemente.
Bill Clinton lo probó. (También firmó sentencias de muerte, por cierto).
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