Buscar en Mundo Jackson

lunes, 7 de agosto de 2017

La Receta del Diablo (5).

-Si es para decirme que mañana me cuelgan, se podría hacer ahorrado el paseo, Hills.

Hanz Holz ni tan siquiera levantó la mirada de las cartas con las que estaba echando un solitario.

-Todavía no está todo perdido.

-No intente eso conmigo, Hills. Escuché tantas veces esa frase durante los últimos meses de la guerra, que sé que siempre es mentira.

-Mi obligación es pelear.

-También era la nuestra. Lo hicimos y perdimos. Ya ve cómo es esto de la guerra. Pero no se preocupe, le escribiré una carta de recomendación antes de que me cuelguen.

-Si le cuelgan.

-Adoro su optimismo, Hills. Pero ya se lo dije. En mi caso, morir no es tan grave: la humanidad entera me odia, apenas tengo familia y ningún amigo vivo. Aunque eso tampoco importa demasiado, porque encerrado en una cárcel el resto de mi vida tampoco iba a tener oportunidad de verlos. Ya ve,  mi vida no está en la casilla uno, sino en la menos mil y, si le soy sincero, después de todo el esfuerzo de la guerra, no me encuentro con fuerzas de andar un camino tan largo.

-No obstante, yo lucharé por usted hasta el último segundo.

-Se lo agradezco de todo corazón, aunque no se lo aconsejo. También yo luché por mi país hasta el último segundo, y ya ve cómo he acabado.

-No pierda la esperanza.

-Lo siento, la perdí junto a la guerra.

-Le mantendré al tanto de todas las novedades.

-Se lo agradezco, y ahora, si me disculpa, tengo un solitario que intentar no perder, por una vez en mi vida.

No hay comentarios: