Buscar en Mundo Jackson

domingo, 14 de mayo de 2017

Los Escuderos (3).

Don Antonio había sido todo un galán, y el que tuvo retuvo, aunque fuera con incontinencia urinaria.

-¡Ole lo más bonito que ha parido madre!

La chica le vio viejo y, seguramente, por eso se hizo la sorda. Gonzalo, en cambio, bajo la mirada para ocultar que se había puesto colorado. Aquella dichosa costumbre del hombre a su cargo era lo que peor llevaba de su empleo.

-¡Ay, don Antonio, que no deja usted en paz a las pobres señoritas!

Gonzalo tenía mucha formación en cuidado de personas con todo tipo de dependencias, pero, para la vida, era todo un pusilánime. Ni para echarle una bronca en condiciones a un pobre anciano valía el chaval.

-¡Si es que están muy buenas las condenadas! ¡Si no fuera por esta jodida incontinencia urinaria...!

-Pero, ¿no se da cuenta que lo de los piropos ya no se lleva? ¡Eso a las mujeres ya no les gusta! Usted es que es de otra época, don Antonio.

-¡Qué sabrás tú de mujeres, patán, que ni novia tienes! ¡Las mujeres son lo que siempre han sido y serán, por mucho que ellas no quieran reconocerlo!

Gonzalo agachó la cabeza (fiel a su costumbre). Don Antonio llevaba razón. A Gonzalo no se le daban muy bien las mujeres (esto es un eufemismo cualquiera) y, en especial, no se le daba la única que no le daba igual.

-¿Y usted que sabe si tengo novia o no?

-¡Pues porque se te ve en la cara de patán perdedor que tienes! Conozco de sobra a los tipos como tú: locamente enamorados desde hace años de una mujer que no os hace ni caso. ¿me equivoco?

Le estaba bien empleado a Gonzalo por intentar contraatacar. Estaba más que comprado que. con incontinencia urinaria y todo, don Antonio le daba mil vueltas en asuntos de la vida.

No hay comentarios: