No había moros ni Calculadoras
en la costa. Había que darse prisa para no llegar tarde a clase,
pero Eva tenía en ese momento algo mucho más urgente en la cabeza.
-¡Ya ves cómo esta la cosa,
Pustu! ¡Hay que dejarse de tonterías y tomar medidas desesperadas!
-¿Como cuál?
-¡Como conseguir un workbook
nuevo y hacer que el pringado del Módulo lo complete! Luego,
aparecerá misteriosamente.
-¡Pues ya me contarás tú de
dónde sacamos un workbook en blanco a estas alturas de curso! En las
tiendas seguro que ya no los tienen, y supongo que no pretenderás
llamar a la editorial...
-Ya...
A menudo en esta vida, uno
tiene la solución a sus problemas delante de sus propias narices,
pero muchas veces no nos damos cuenta. Los que sí son capaces de
hacerlo, dominan el mundo. Y Eva estaba empezando a ser del grupo de
tales elegidos.
-¡El almacén!
-¿Cómo?
-¡En este almacén guardan los
libros que les venden a las familias! Seguro que sobraron y los
tienen esperando para el curso próximo.
-Sí, claro, muy fácil. Ahora
explícame de dónde sacamos la llave.
-Bueno, vayamos por partes. De
momento, ya estamos en camino de solucionar el problema. De acuerdo
que tenemos este pequeño contratiempo...
-Gran contratiempo, yo diría.
-¡Le encontraré una solución!
Mira, me pondré a darle vueltas a la cabeza ahora en clase de inglés
y así me entretengo. Al Big Ben no le importara que pase de él. Al
fin y al cabo, es por su bien. ¡Ja, ja, ja!
-¡Por supuesto, ja, ja, ja!
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