Buscar en Mundo Jackson

jueves, 29 de octubre de 2015

La Discreta y Cruel Venganza de un Oscuro Profesor de Matemáticas (3).

Fer Brezzi Díaz era medio italiano y totalmente encantador. Directamente desde las calles de Roma, un jugoso traslado laboral de su madre lo había llevado al colegio para cursar el último año de educación secundaria. En apenas unos días se había transformado en el sueño amoroso del colectivo de alumnas adolescentes.

Enterado del asunto, él se limitaba a encogerse de hombros -no del todo sorprendido y en absoluto violento- y sonreír. Sonrisa de seductora picardía, obviamente, lo que le hacía incluso más irresistible.

Fer Brezzi Díaz estaba sin novia, dato que las alumnas tardaron poco tiempo en investigar, averiguar y certificar. Algo había tenido en Roma (alguien, mejor dicho), pero lo habían dejado al dejar Italia. Fer Brezzi no creía, y con razón, en las relaciones a distancia.

Por lógica elemental, las ofertas de un nuevo noviazgo (o, al menos, de una escarceo amoroso) le llovieron a Fer Brezzi -de alumnas del cole, de amigas de las mismas e incluso de amigas de amigas. Pero él, contra todo pronóstico de los instintos adolescentes, se resistía contumaz a los cantos de sirena de las sombras de ojos y los aromas de las frescas colonias juveniles.

"No es momento...Hay que guardarle un poco de luto a la italiana", decía con su sonrisa de marras y ese acusado acento italiano del que sólo había hablado español en casa con mamá y en verano con los primitos. En efecto, un acento meloso e hipnótico que daba el tiro de gracia a un encanto mortal de necesidad.

-¡Tiene mérito lo del chaval, las tiene a puñados y ahí sigue, que dice que nada de nada, que no tiene el corazón listo para otra chica!

Unos de tantos inconfesables momentos chafarderos de sala de profesores.

-Sí, lo cierto es que sí -replicó Adrián.

-¡A éste no se le iba a resistir ni Carmencita Diaga si él se lo propone!

Adrián se limitó a asentir. Y luego se quedó pensativo.

No hay comentarios: