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domingo, 23 de agosto de 2015

Odio Semiesquina a la Locura (9).

Había pasado tres meses de conflicto. La comunidad internacional contenía la respiración, no se sabía si de espanto o para aguantarse la risa. Pero el caso es que no hacían nada.

Por un lado, el autodenominado "Ejercito de Unidad Nacional", controlando el centro del país (salvo la capital donde el presidente y sus leales se habían hecho fuertes) y liderado por el general Pozana Díaz-Pitt; por otro, el republicano "Ejercito de Unidad Popular" -dirigido por un tanto caótico Ente Asambleario de Acción Militar-, fuerte en el norte y el sur. Aparte, los tres estados autónomos del norte, aliados nominales del "Ejército de Unidad Popular", pero que iban un poco a su aire.

Aunque, claro está, esta era una división plagada de excepciones, y multitud de focos de resistencia -de cualquiera de los bandos- subsistían en todo el país. Aunque, en honor a la verdad, la mayoría de la población intentaba seguir con su vida diaria con la mayor normalidad posible. Esa guerra era un poco una simple lucha de frentes y fronteras y, fuera de ellos, tampoco de notaba mucho la diferencia.

Mientras, desde el norte de África todo ese proceso era observado con tremendo interés. Parecía que, por fin, había llegado el momento idóneo para concretar un viejo sueño. De manera discreta, aprovechando la cortina de humo que les daba tanto ruido al norte, se fueron concentrando tropas llegadas de diferentes países aliados en la frontera marítima.

En suma, que, al más puro estilo 711, se produjo una invasión árabe de la península. Aquello pilló muy por sorpresa, y con las tropas concentradas en otros muchos frentes. Consecuencia, que para cuando se quiso reaccionar (y recuerde que lo hacían dos ejércitos enfrentados), todo el sur era un nuevo Al-Ándalus (que, además, en delicoso detalle de humor negro, había colocado al antiguo rey, que ahora se había cambiado el nombre a Ibn-Froi Al'an, como califa).

Complicado, tanto que el presidente de Estados Unidos tuvo que hacerse un pequeño esquema para asimilar la situación.

-Bien, tenemos todo el sur en manos árabes, salvo una pequeña bolsa que es de los republicanos de Unidad Popular, y que combate contra los árabes al sur y contra los de la Unidad Nacional al Norte. Unidad Nacional también lucha contra los árabes por su cuenta. En la capital están los leales al gobierno constitucional luchando contra Unidad Popular y Unidad Nacional. Por otra parte, en el Norte luchan Unidad Popular y Unidad Nacional, además de Unidad Nacional contra los diferentes nuevos estados separatistas.

-Exacto, señor presidente.

-Fuck!

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