Buscar en Mundo Jackson

jueves, 25 de junio de 2015

El Hombre que Numeraba a los Perros.

-¿Cómo se llama?

El anciano pastor no miró al curioso.

-¿Quién?

-El perrito.

El anciano pastor no miró ni al curioso ni al can.

-Entonces, no es quién sino qué.

-Pero, ¿cómo se llama?

-Siete.

-¿Siete, como el número?

-Exacto.

El anciano pastor seguía sin apartar la mirada del infinito.

-¿Por alguna razón en particular?

-Porque vino después de seis.

-Ya. Déjeme que lo adivine: y antes de seis, estuvo cinco.

-Justo al morirse cuatro.

-Comprendo.

-Pues, usted me perdonará, pero con esto que hace usted da la sensación de que los perros le importan un pimiento.

-¿Eso cree?

El anciano pastor, por primera vez, dirigió la mirada hacia su interlocutor.

-Eso parece.

El anciano pastor miro entonces al perrillo.

-El primero no fue uno, sino Marquín. Me gustaba el nombre. Usted no sabe lo mal que lo pase cuando se me fue. Desde ese día, decidí que, dado que no podía ganarme la vida sin perro, intentaría mantenerme lo más distante de ellos para no sufrir tanto cuando se me fueran.

-¿Y funciona?

-En absoluto.

El anciano pastor devolvió la vista al horizonte, ahora llorosa.

No hay comentarios: