Buscar en Mundo Jackson

miércoles, 15 de octubre de 2014

Farsa Familar: 2, la Mamá.

-¿Y es seguro?

-Totalmente.

Rucaflor torció el gesto y tomó un sorbito de su ginebra con tónica esmeradamente preparada por un barman internacional, que en ese sitio, además de discretos, preparaban las cosas muy bien. Su dinero les contaba a los clientes, claro está.

-Entonces, vamos de boda.

La señora de Arapil se carcajeó por lo pijo y lo cursi.

-Me tomas el pelo, ¿no?

-Es lo correcto. Si el chaval no está dispuesto, yo puedo hablar con él. Sabes lo convincente que puedo llegar a ser.

-Ni te molestes: ni él -ni mucho menos la niña- están dispuestos a casarse, y yo, ¿para qué te voy a engañar?, tampoco soy partidaria. No toca.

-Pero, entonces, ese niño...

-No es un niño, es un puñado de celulitas tan incómodas como la celulitis, y de las que nos vamos a deshacer oportuna y discretamente.

-¡No me puedo creer lo que estoy oyendo!

-¡No me jodas, Rucaflor, no me vengas con ese rollo, que aquí nos conocemos todos!

-Ya, veo que lo tenéis todo bajo control.

-Sí, la niña va a ir a Londres a perfeccionar su inglés durante un par de semanas. Y termínate la copa de una vez, que llegamos tarde a la cosa esa de la familia.

Iban los dos aunque, obviamente, llegaría cada uno por su lado, y con una oportuna separación temporal. Aunque todos los que lo saben todo lo supieran, las formas siempre hay que guardarlas cuando uno tiene una posición social.

No hay comentarios: